
22 Ago Una ONG combate la contaminación en Venezuela con reciclaje y educación
La Tierra se Calienta ha recolectado más de cuatro toneladas de materiales reciclables y ha sembrado conciencia donde antes solo había indiferencia
En una ciudad donde las montañas se alzan como un abrazo verde, un incendio forestal en el cerro el volcán, municipio el Hatillo, marcó el comienzo de una lucha. Corría el año 2010 cuando Ignacio Armas, un joven apasionado por la naturaleza y que en ese entonces tenía un blog, decidió que no era suficiente escribir sobre la contaminación ambiental: había que actuar.
De esta forma nace La Tierra se Calienta, una organización sin fines de lucro, que en 15 años ha recolectado más de cuatro toneladas de materiales reciclables y que ha sembrado conciencia donde antes solo había indiferencia.
El nombre de la organización no es casual. La Tierra se Calienta no pretende ser poético, sino una advertencia directa: “Pense en diferentes nombres, quería algo que reflejara el sufrimiento de la tierra que se está calentando. Porque la idea es mitigar los efectos del cambio climático y así contribuir a frenar el calentamiento global”, dijo Armas.
La iniciativa social nació con más pasión que recursos. Armas contó que uno de los mayores desafíos fue entender cómo operar legal y logísticamente en un país donde las iniciativas ambientales tienen poco respaldo.
“Lo más complicado fue la creación de la organización y saber cómo actuar ante todo lo que venía. Pero con el tiempo logramos consolidarnos y hoy somos una de las pocas ONG activas en el país que sigue con el trabajo continuo por la conservación del ambiente, no solo de Venezuela, sino también del mundo entero”.
El plástico como foco para la acción
“En Venezuela podemos encontrar gran cantidad de materiales de desechos que suelen ser contaminantes, pero el que más se puede observar es el plástico que se produce con mucha más facilidad y por sus bajos costos”, señaló el activista.
A esto se le suma la carencia de soluciones. “No tenemos campañas amplias ni centros de acopio permanentes, ni del sector público ni del privado. Todo depende de esfuerzos aislados: jornadas mensuales organizadas por ONGs o vecinos. No hay políticas públicas que refuercen la educación ambiental ni incentiven el reciclaje”.
Armas explicó que el impacto de la contaminación va más allá de lo visible: “Los desechos sólidos no solo dañan el ambiente. Afectan la seguridad alimentaria, la salud pública y también la fauna y la flora local. Hoy en día hay islas de plástico en nuestras costas. Estos residuos afectan infraestructuras urbanas, envenenan animales silvestres y generan enfermedades y plagas”.
Es una crisis que se extiende por toda Venezuela, pero hay zonas especialmente afectadas. “El Lago de Maracaibo, Valencia, las costas venezolanas… son regiones muy vulnerables. Aunque hoy nos enfocamos principalmente en Caracas, queremos que nuestros proyectos lleguen a todo el país”, expresó.
La situación actualmente en Venezuela es bastante delicada y preocupante. Un estudio de la Universidad Católica Andrés Bello reveló que Venezuela está entre los 20 países que más plástico arrojan a los océanos a través de sus ríos.
Un dato del estudio es alarmante: cada río puede expulsar al mar hasta 1.383.600 kilogramos de plástico por hora y solo el 2% de ese plástico es reciclado.
Ante este panorama, el trabajo de La Tierra se Calienta se vuelve urgente. La ONG planifica jornadas mensuales de reciclaje en la que se recolectan aceite vegetal, vidrio, plástico, papel, cartón, aluminio, anime y tetrapack. No solo se trata de recoger basura, su enfoque está en educar desde la experiencia.
“La educación no sirve si no se vive. Cuando un joven participa en una jornada, aprende su valor. Se siente parte de la solución. Por eso involucramos a estudiantes, familias, empresas y fundaciones”, añadió.
Crearon el Premio Leslie Pantin
Una de las iniciativas más destacadas de la ONG es el Premio Leslie Pantin que honra la memoria de Leslie Pantin (1939-2006), un médico veterinario nacido en Caracas que dedicó su vida a la conservación de la fauna venezolana, especialmente aquella en peligro de extinción.
La Tierra se Calienta, en su compromiso por fomentar la conciencia ambiental y promover soluciones sostenibles en Venezuela, decidió crear el galardón para reconocer la labor de ciudadanos, estudiantes, organizaciones sin fines de lucro, fundaciones y empresas que se dediquen o realicen labores por la conservación de nuestra flora, fauna y ecosistemas.
“Queremos que los esfuerzos individuales tengan visibilidad, que inspiren a otros a actuar”, afirmó Armas.
Por un futuro sostenible
Ante la pregunta de qué podemos hacer para cambiar el rumbo Ignacio Armas es claro: “Primero, crear normativas gubernamentales obligatorias; segundo, abrir centros de acopio permanentes y colocar puntos de reciclaje clasificados en las calles y avenidas, y sobretodo, fomentar la educación ambiental y las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar”.
Para este año, la organización planea expandir su alcance e incorporar nuevos programas educativos que integren a más comunidades. “El compromiso ambiental es un camino largo, pero no imposible. Cada botella reciclada, cada niño que aprende sobre el ciclo de la basura, es un paso hacia un país más consciente”.
Al final del día, como su nombre lo indica, la tierra se calienta y el tiempo para actuar es ahora.
Contenido especial de Huella Zero, publicado inicialmente en El Nacional.